sábado, 25 de octubre de 2014

Chatarrero

(Continuación de Chatarra)

Ellos eran los chatarreros ambulantes. Un camioncillo, la familia y a rodar.

La primera vez que los vi, joder, desconfíe como hubieras desconfiado tú.

- Buena, ¿no tendréi argo de xatarrica porahi?

- Hostia, pues no, ahora mismo no.

- Esque visto ahí detrá uno retale de xapa y un par de bidone con virutiya...

- Sí bueno, estamos esperando a reunir un poco más y la iremos a vender.

- Si quiere me la yevo yo. Tengo el camiong ahí. Están lo xavale que la cargan en un momentico.

- Ah, eh... no sé. Es que necesitaríamos los papeles del control de residuos y tu no creo que nos los puedas conseguir.

- Sí, papele sí. No hay poblema. ¡Niño vete cargando lo bidone!

- Espera, espera... ¿Tenéis una empresa de control de residuos?

- Sí, lo yevamo al xatarreo de la carretera de Monblanc. Me lo pesa, me pone cuanto va er kilo, traigo er papeliyo y te doy la pasta.

Yo ya no sabía que decir. Era una conversación de besugos, nadie se enteraba de nada. Bueno, yo no me enteraba, él se hacia el loco. Tenían la furgoneta medio cargada, nos habían ventilado casi toda la chatarra en menos de dos minutos. -Son del oficio.- Pensé. Que iba a hacer; les deje ir. Me dijeron que mañana se pasarían con el dinero de la venta. Yo lo daba por perdido. Prefería no volver a verlos jamás, a que me trajeran la pasta al día siguiente.

Pasaron veinticuatro horas, me encontraba en el taller, no recuerdo que hacia, cuando de pronto veo por la carretera el camioncillo acercándose al recinto. -¡Son ellos!- Joder, parecía que hubiera visto a la mafia italiana con cabezas de caballo buscando camas donde dejarlas. Allí los tenía. -¿Qué querrán?-

- ¿¡Qué pasa xavá!?

- ¿Qué dices?

- Ha ido un poco xunga la cosa. Está muy tirao. Mira er papeliyo, dosientosetenta kilo a sero catorse séntimo... Tá muy má.

Mal del todo. Me estaba timando de todas todas. -¿Doscientos setenta kilos?- ni de coña... -A cero catorce céntimos.- Si nosotros nunca habíamos vendido por debajo de cero dieciocho. Me daba algo más de treinta y cinco euros. ¿Qué iba a hacer yo con treinta y cinco euros a repartir entre todos los currantes? -Es igual, quédatelos.- Dije, a lo que el respondió: -¿Tiene arguna cosica má? -Que cabrón el tío, no le sacia nada.-

Pero a base de verlo por ahí de vez en cuando y charlar el poco tiempo que tardaban sus hijos en cargar el camión, nos fuimos conociendo. Jamás cobré, ni yo ni ninguno de mis compañeros, un duro de lo que le dábamos. Eran buena gente y se buscaban la vida "de forma honrada", como decía él. Conocí a sus hijos y a su mujer que tenía una parada en el mercadillo. El resto de personas que trabajaban allí conmigo, en un principio, no les parecía del todo bien. -Dar algo que es nuestro, lo limpiamos nosotros de las máquinas y lo almacenamos, para que ahora vengan estos y se lo lleven crudo...- Pero como me pasó a mi, ellos con el tiempo también los conocieron y se dieron cuenta de que la vida que llevaban era muy dura. De verdad que se lo curraban, no paraban de ir de aquí para allá con la furgoneta, buscando algo que cambiar por dinero y a la vez cambiar por comida. Son una familia numerosa, él era joven y ya tenía tres o cuatro nietos, más las mujeres de sus hijos, haz cuentas. Realmente muy buena gente. Les ayudábamos en lo que podíamos y podíamos darle algo que, pensándolo fríamente, a nosotros nos sobraba.
 
Hoy en día, ya no controlo del tema. Sí, en la empresa donde estoy, seguimos vendiendo el residuo metálico que generamos, pero las cantidades apenas son apreciables. Si algo nos ha enseñado la "crisis" es a reciclar y aprovechar las mermas hasta desaparecer.
 
Este tipo de chatarreros ambulantes de los que hablo, no tienen nada que ver con los que te encuentras, por todas partes con los carritos del "Pryca" deambulando por las calles. A estos no los conozco en primera persona, pero me los encuentro cuando vamos a la chatarrería. No tengo nada contra ellos, repito, no les conozco, pero sí sé que el rollo en los chatarreros ahora es diferente. Ya no estamos en aquella época donde sabías que estabas en casa ajena y respetabas las normas como es debido, ahora más bien parece una jungla férrica de anarquía y eso jode.

2 comentarios:

  1. Gerard claves l'accent! He rigut molt! JA m'imagino l'escena...

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    1. Sí, va ser molt bo viure-ho i ha estat molt divertit escriure-ho. M'alegro que t'hagi agradat i que hagis captat l'accent.

      Records!

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