sábado, 21 de febrero de 2015

Vida y muerte

-La vida solo tiene sentido porqué algún día esta se acaba. En cierto modo es el final, la muerte, lo que le da significado.-

Esta introducción que fue escrita en la anterior entrada "Muerte y vida" es el motivo de que ahora escriba esta continuación.

En nuestra primera etapa, de dos bien diferenciadas, la temida muerte, el repudiado fin al que nos vemos condenados, no llega a perturbarnos. Al principio de nuestra andadura por estos valles no damos cuenta de que nuestro paseo es finito, nacemos con fecha de caducidad y eso a la mayoría les aterra, pero hay un tiempo, en la más tierna juventud, que eso pasa desapercibido. La temeridad con la que deambulamos por el mundo con temprana edad, es la felicidad en su punto más álgido y es por la ausencia o el desconocimiento, a que somos de lo más vulnerable. El manto de la "Muerte" te rodea en cada ocasión, en cada esquina de la calle de la vida, pero por muy peligrosa que sea la avenida la ignorancia protege tu ser y hace que te descubras bajo ese manto. Me pregunto si el hecho del desconocimiento a un final prematuro de tu existencia, hace diferente ese acontecimiento. No me estoy refiriendo a las personas que se quedan, sino al que se va. Morir sin saber que eso es posible, sin saber que generará dolor, ignorando las consecuencias... en definitiva, morir sin miedo. ¿Que pasará entonces con toda esa energía por estrenar? Demasiada potencia para hacerla desaparecer sin más, creo.

En nuestra segunda y definitiva etapa, irse de este mundo, desaparecer aunque tu legado sea prospero y eterno, es un escozor inevitable de ignorar que irrita tu piel. Quizás se trate de solo eso, dejar constancia de que has pasado, que has estado aquí y el temor a que un día ni siquiera tus más allegados caigan en su cuenta. Como en muchos otros aspectos de la vida, hasta en el final de esta, vuelves a tener un sentimiento egoísta. -¿De que se trata sino? ¿De dolor? -Físico no, ya que a la llegada de tu hora el sufrimiento es cambiado por un instante perpetuo de paz y tranquilidad. -¿Psicológico? -Tal vez.-

Instantes antes, es inevitablemente que la pregunta filosófica de la vida atraviese tu mente: -¿Por qué estoy aquí?- El destino debe servir para algo más que recorrer tus pasos hacia atrás y hacer un recuento de las cosas que habrías cambiado. Este fin debe significar algo y te aferras a esto esperando un cambio de perspectiva que te ayude a entender el: -¿Por qué ahora?- En esos últimos instantes te encuentras tú ante el resto, sólo ante el vacío más absoluto sin nada más que te acompañe, la más pura esencia de tu ser por primera vez sola ante lo desconocido. Estás perdido... El sujeto en cuestión se presenta para entrar donde "quien sabe" y se postula como el salvador de si mismo. Si hace falta vendemos lo que sea para poder pagar el acceso tan deseado que se nos entrega, aunque sea un precio desorbitado, la desesperación del momento le quita valor y pasas a ser tú lo más valioso.

¿Como va a ser ese último aliento el deseado, si nunca queremos irnos? -No, no quiero abandonar el terreno al cual pertenezco, de ninguna manera. No me vendas una muerte plácida, no vendas un eyaculante viaje, yo de aquí no me voy. Me quedo, esa es mi voluntad. Si luego falta sitio, os apañáis. Allá donde me llevas no encontraré mi lugar porqué no existe tal, lo sé. No quiero dejar todo lo que me pertenece. Todavía no es la hora. -Joder, nunca es la hora.- Quizás es mi equivocada forma de entender el genero humano, pero no se me pasa por la cabeza ninguna otra forma de representar la última conexión neuronal que esta. Egoísmo post-morten. 

Todo eso está muy bien en el mundo racional en el cual vivimos la mayoría. Sé que muchos no entenderéis nada o no lo querréis entender, otros simplemente se sentirán incomodos con lo que leen y crearán un concepto negativo de mi. No me molesta, al contrario, de eso se trata, de escribir y que el lector sienta algo; pero hay más. En ciertos lugares, la vida carece de valor. Sí, no importa si estas vivo o muerto, eso no cambiará las cosas. No tiene nada que ver con lo descrito anteriormente, cuando hacía referencia a nuestro agradable desconocimiento de la muerte en la juventud, estos saben muy bien lo que es y aún así no tiene la más mínima importancia. Ahora estarás pensando: -Ay sí, los países "subdesarrollados", que barbaridad.- Y te vendrán a la mente imágenes de algún niño con una AK47 colgante del hombro, de alguien empuñando un machete bien afilado, de cadáveres amontonados en alguna cuneta... Inconscientemente separarás esos actos de ti y de tu mundo aparentemente "desarrollado". No caerás en la cuenta de que los hechos que más repudias son cometidos por seres que andan erguidos sobre dos piernas como tú, que partís del mismo punto y compartís el mismo patrón. Aunque no lo creas, estas personas también cuentan como seres humanos y en la estadística balanceante, contarán igual que tú. -¿Qué es la muerte para aquellos que la vida es insignificante? -La Muerte es la misma para todos, de eso no hay duda.-

-¿Qué hay después? -La salvación.- Aquí las creencias sagradas lo tienen claro. Debe ser el único punto bien definido en el cual todas las religiones coinciden. -¡Morirse es guay! Si mueres entras en un mundo donde no hay dolor, donde el sentimiento de felicidad es eterno, todo es placentero y gratificante. Abandonarás tu sucio cuerpo, que sí, ha servido para que la estancia terrenal sea de lo más cómoda, pero al fin y al cabo es una carcasa que ha ocupado tu alma para pasar el río hasta la orilla definitiva, despréndete de ella y muestra tu espíritu que revelara tu real yo. -¡Jo!, que fácil y que apetecible, estoy por morirme ahora mismo... bueno tal vez después de la siesta.- Sarcasmos a parte; las distintas religiones utilizan el miedo de las personas para crear adeptos. -¿A qué le tenemos más miedo? -A nuestro propio dolor.- Y lo utilizan en una maniobra de marketing muy orquestada. Si ingresas en sus filas será muy liviano, vivirás de rodillas tu breve trayecto hacia el más allá, pero tendrás asientos de lujo cuando cruces el umbral.

Para la ciencia es algo más complicado. Desde la frase "La energía  no se crea ni se destruye, solo se transforma" a múltiples aportaciones, pasando por variadas teorías e incluso algún científico afirma que no estamos destinados a morir, la base que nos forma está hecha de átomos y estos son eternos. ¡De locos! No quiero entrar en el debate científico, porqué sé que me llevará a la resolución de que realmente la muerte no es nada, lo cual no me conviene, al menos hasta el siguiente párrafo, pero si quiero hacer hincapié en la frase esa de "La energía..." Bueno no sé si la frase original decía "La energía" o "La materia" y estoy demasiado ocupado para buscarlo en la Wikipedia, así como me viene bien elegir "La energía", la elijo. Como ya comento en el primer apartado, ¿qué pasa con toda esa energía que nos mantiene vivos? ¿A donde va? Y aquí es cuando todos y cada uno de nosotros forma su idea y lo defiende interiormente a muerte. -Qué redundante me ha quedado.- Bajo mi particular punto de vista lo que más me atrae, aunque sé que es improbable, es pensar que la energía se desprende del cuerpo y queda inerte esperando a ser utilizada. Si lográramos encontrar la frecuencia exacta la podríamos observar e interactuar con ella. Por otro lado si aceptara esta teoría como válida, estaría dando la razón a todos los razonamientos posibles, desde la reencarnación a las posesiones y eso no es mi intención.

La resolución de esta reflexión es que la muerte subjetivamente hablando no es nada, los "idos" se llevan la mejor parte, son los "quedados" los sufridores y añorantes de la presencia del viajero. Pero el miedo a lo desconocido siempre nos aterrará, somos así no podemos ser de otra forma, así nos concibieron o más bien así nos hemos concebido. Aunque en muchos casos la muerte sea el mejor de los finales, no nos daremos cuenta. En consecuencia si la muerte a titulo personal no es nada, ¿qué es la vida, una ilusión? Y volviendo al inicio, ¿qué sería la vida sin la muerte? Imagina millones de vidas infinitas... ¿como serían catalogadas? Entonces, ¿la muerte lo es todo?

La muerte, ¿todo o nada?

5 comentarios:

  1. Vaya, qué reflexión... Interesante forma de tratar la muerte desde diferentes puntos de vista. Para acabar todos igual. Porque el que se va no vuelve para contarnos qué habrá.
    Un saludo! Lo comparto ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias Carmen.

      Si volvieran para contarlo, o si supiéramos sin más que hay al atravesar el umbral, conoceríamos una vida totalmente diferente. El ignorar ese final, nos hace lo que somos.

      ¡Saludos!

      Eliminar
  2. Has elegido un tema increíblemente complicado y has tocado casi todas las posibles controversias al respecto. Yo te contestaría delante de un café y con tiempo por delante, por gusto de charlar, pero como no se trata de eso, diré que me ha parecido un post muy interesante porque es la verdad :)

    Un saludo, que tengas buen comienzo de semana!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Julia.

      Sabía que era un tema complicado de abordar, pero contra más profundizaba en él, más cómodo me sentía. Aunque se me han quedado algunas ideas en el tintero, creo que he salido bastante airoso del asunto.

      Un saludo e igualmente.

      Eliminar