miércoles, 8 de octubre de 2014

Runners

Esa mirada, punzante como un picahielos bien afilado clavado en la nuca, cuando me cruzo con un "Runner" al terminar su sesión matutina, no tiene desperdicio. No puedo dejar de admirar la soberbia de esos ojos fijados en mi persona. Los andares de prepotencia sobre sus gemelos, femorales y cuádriceps bien entrenados estremecen.

Me gusta creer que esa mirada responde a un acto desafiante, a una pregunta que se responde, en su mente oxigenada, automáticamente. Él piensa: Mira este tío, no aguantaría ni una de mis sesiones más flojas. Sedentario...
Yo adormilado, de camino al trabajo pensando en el faenón que me espera y consciente de que mi trayectoria será asaltada por un espécimen con calzado supino, pienso: Mira este tío, mucho correr y luego cogen el mayo de ocho kilos y no dan ni un par golpes. Tirillas...
Lo inevitable acaba sucediendo. Nuestras miradas se cruzan brevemente y pensamos al unísono: ¡Qué pringao!

2 comentarios:

  1. Agradable, de una frescura natural, divertido y de pluma ágil. Esta manera de escribir es viva, así que solo darte mi enhorabuena.

    ResponderEliminar